Increíble el camino que recorremos durante la vida, bueno, en sí el camino que recorremos es la vida misma. Hoy me di cuenta que la combinación tiempo-meditación-apoyo llevan hacia la superación de problemas/traumas. Hoy vi a la persona con quien compartí 3 años y medio de mi vida con su actual pareja y la verdad no me dolió verlos juntos. Me fue indiferente, pero no siempre fue así.

 

Recuerdo cuando terminé mi relación con esta persona, fue como si todo el peso del mundo hubiese sido quitado de mis hombros y nuevamente podía respirar tranquila. Enterarme de que había iniciado una relación a tan poco tiempo de haber terminado la nuestra me afectó mucho, y al enterarme de quién era su nueva pareja, me afectó aún más. Recuerdo que no comprendía cómo era posible que te sustituyeran tan pronto y por alguien tan opuesta a ti y que encarnaba todo lo que (me había dicho) no le atraía.

 

A raíz de esto, un total repudio hacia los hombres y las relaciones nació en mí. Esto duró alrededor de un año. Cada que me ponía a pensar en lo rápido que había sido sustituida, por quién fui sustituida y la hipocresía de mi expareja se encendía en mí una cólera sin igual. Luego, decidí ya no sentirme enfadada, sino que burlarme de esta nueva unión. Ya sea por redes sociales en internet o en persona, mostré mi cinismo. Luego, caí a la cuenta: esto está por debajo de mí. Ellos ni siquiera merecen mi atención, entonces ¿por qué se las doy? Creo que un gran paso luego de darme cuento de esto, fue cerrar una cuenta en una red social por la cual podía ver el perfil de estos dos individuos y leer los mensajes y comentarios que dejaban en las fotos de ellos dos como pareja. Y hoy, por primera vez los vi como pareja. Jm… cómo cambian las cosas. Una mi amiga me los señaló y al verlos, pues la verdad no sentí nada. No hubo cólera, resentimiento, burla, cinismo, felicidad, alivio, enternecimiento. Nada, nada. NADA. 

 

Estoy segura que esto fue a raíz de mucho tiempo dedicado a meditar de esta relación; la destrucción interna que sufrí, la tristeza que me causó (no sólo a mí, sino que también a alguien muy querida para mí: mi madre), la inestabilidad, la inseguridad y las limitaciones impuestas. El terminar la relación fue lo más sano, pero no evita sentir dolor al ser sustituida tan pronto. Salir del círculo vicioso fue lo correcto, pero no te asegura felicidad inmediata. 

 

Cada quien tiene su historia y metodología para llegar al destino «Sí, ya lo superé» y no eres capaz de darte cuenta de ello hasta que te ves enfrentada con esa situación y ver tu propia reacción. Estás en paz con el mundo en ese momento a pesar de enfrentarte nuevamente a lo que alguna vez te hizo derramar lágrimas de la furia. Y eso me pasó hoy.