Está lloviendo en La Gomera. 

Lo bueno: 

me fascina el sonido de la lluvia, el olor a tierra mojada, ver el cielo gris, la lluvia caer, el golpe de las gotas sobre la lámina, el cemento, la tierra; cómo alumbra por milisegundos el relámpago. Saber que el cielo se abre para darle de tomar a la tierra. El calor cesará por un instante y siento una fresca brisa con olor a vida pegarme en la cara. LO VERDE, VIVO, LO SECO MOJANDOSE Y LO CAFE TRANSFORMANDOSE.

 

Lo malo

Se va la energía eléctrica, se corta el agua, los zancudos atacan con más furia.

 

Pero no me importa porque el agua que viene del cielo, me asegura, por el momento, un instante agradable. No pido más que su sonido.

 

Tempestad en La Gomera